Jorge Drexler es un cantante, escritor, compositor, médico y leyenda uruguaya. En Latinoamérica no son muchos los músicos que puedan presumir de tener un Oscar y un Grammy (solo dos sino estoy mal), y aunque esto tal vez no sea el indicativo más grande del talento del artista, debido a la poca credibilidad de estos premios, Drexler ha logrado consolidar una carrera fuerte, rentable y única.
Drexler es un artista bastante versátil y creativo, difícil de asociar con un único género pues siempre está en busca de hacer lo que a él le guste, lo cual lo ha llevado a experimentar no solo con distintos estilos, sino también con instrumentos y otros artistas, siendo que ha colaborado con cantantes como Rubén Blades, Ana Tijoux, C. Tangana, Shakira y otros más.
Parte de lo que hace a Jorge un artista tan reconocible, sin tener que apegarse a las más grandes tendencias, es su valor lírico. Él es uno de los cantautores más importantes de los últimos 20 años, gracias a su gran manejo de varios recursos literarios que enriquecen bastante el mensaje de sus canciones.
Y ahora que he acabado de cromársela a un artista que respeto y valoro mucho, es hora de lanzar las piedras.
Si bien Drexler me parece un artista único y que se ha ganado por completo su fama, no he sido el más grande fan del álbum que precede al que nos compete hoy, porque me parece que gran parte de la literatura que el artista maneja, es muy rebuscada y sosa. Por ello, me parece que fue un acierto darse tiempo para sentarse, reflexionar y planear a fondo qué es lo que sigue, es decir ….
Tinta y Tiempo, el efecto de la pandemia en el corazón, un
Álbum que nace como efecto de la pandemia, como varios que hemos reseñado en esta bella página, la cual también se gestó durante la pandemia.
Para este proyecto Drexler decide, cómo es su costumbre, bailar con distintos tipos de géneros y compases, pero todo cobijado por una dulzura muy entrañable y nostálgica que se hace presente en la lírica y voz de Drexler, aunque admitiré que existen piezas más atrevidas y enérgicas. Esto afecta al disco tanto de manera positiva como negativa, como lo detallare a continuación. Pero antes cabe mencionar que, en la producción, vuelve Carles Campi Campón quien lleva trabajando con el uruguayo desde Bailar en la cueva (2014), y a rasgos generales hace un buen trabajo para sacar adelante las variopintas ideas que este disco presenta. Ahora si entremos en materia.
Todo abre con El Plan Maestro, un tema que de plano habla de sexo y amor. Aquí Drexler martilla muy lejos del clavo con sus metáforas y con su narración en general, pues muchas de sus líneas se sienten melosas y básicas. La colaboración del gran Rubén Blades es un añadido que disfrute pero que no encaja con la vibra del tema, aparece de forma muy abrupta y causa una disonancia muy grande. Al final de la canción, no acabas de sentir realmente ese romance o picardía que Drexler intentaba evocar. Y debo decir que “Mesoproterozoico” tal vez no es la mejor palabra para crear un verso.
Aun cuando este no es el intro más prometedor del mundo, el disco empieza a tomar vuelo con Corazón Impar, un vals moderno en el que predomina un sintetizador suave con unos bongos chill y sensuales. La voz suave ayuda bastante al aire romántico que la letra tiene y de igual manera hacen que la progresión del tema se sienta orgánica y disfrutable. Ese golpeteo del sintetizador emulando el latir de un corazón es arte puro. En definitiva, esta canción es poesía.
Cinturón Blanco¸ es una balada rock que recuerda a los primeros años de Drexler con Frontera. Es una cosilla románticamente cursi, un poco tonta e inofensiva, nada muy rompedor pero no es un tema que sobre, bien podría ser la favorita de algunos, pero a mí no me acabó de pegar.
Tras ello tenemos la venganza del madrileño, C. Tangana se pasa a devolverle el favor a Drexler y hace una esperada aparición, en la cual, no hace nada. Tocarte, es un tema increíblemente sensual, erótico y que me pone los pelos de punta. Ame los adlibs de fondo, los pequeños detalles de risas, el golpeteo de tambores, los acordes de la guitarra, y la entonación de Jorge. A esto hay que sumarle el contexto en el que el tema fue escrito, la pandemia, un momento en el que no podíamos tener ese contacto físico tan vital y cotidiano, por lo cual siento que el tema se eleva aún más. Sin embargo, me molesta bastante que Tangana no tenga un rol más protagónico en la canción pues me parece una oportunidad desperdiciada, ya que esto es por completo el estilo del español. Dicho esto, gran canción y gran video musical.
Tinta y Tiempo es el pupo del disco y me parece perfecto pues hace sentir al álbum como algo cohesivo que se puede escuchar en el orden indicado por el propio artista o de atrás para adelante, todo gracias a este gran tema de transición. La voz de Drexler tiene nuevamente este aire delicado y melancólico, que llena de vida y pasión al tema. La canción hablo sobre lo fugaz pero hermoso que es el amor, que se desvanece como la tinta con el tiempo, dando como resultado uno de los momentos más sentimentales de todo el proyecto. Amo este contraste sutil entre la delicada voz de Drexler con los agregados electrónicos, como las distorsiones y ruidos de fondo, que en última instancia ayudan a que la voz del artista se desvanezca con suavidad.
De aquí en adelante empieza la parte más “experimental” del disco. ¡Oh Algoritmo! es una cosa rara, pues hay una inspiración electro-hopera, como la que Gorillaz siempre ha manejado. Es un tema de rock latino interesante y Noga Erez hace un gran trabajo tanto en su verso como en el coro. Sin embargo, siento que el mensaje queda un poco a la deriva, pues se entiende por completo la crítica a como ahora se genera música en base a tendencias y estudios hechos por empresas y algoritmos, pero creo que Jorge rasga muy superficialmente en esta problemática.
Amor al Arte es donde la escritura de Drexler empieza a desdibujarse y deja un sabor de boca bastante amargo. Instrumentalmente es la canción más blanda del paquete, no te atrapa a ningún momento y ninguno de los elementos acaban por combinarse. Eso puede ser perdonable, sin embargo, la letra me parece bastante controvertida. En definitiva esta es una canción que defiende que es tan importante lo que cobras por tu arte como el amor y pasión que le pones. El problema radica es que este mensaje no es para nada evidente e incluso la canción se presta para malinterpretarse, dando a entender que lo económico, a la hora de hacer arte, no importa. Esto me parece una idea un poco peligrosa, en especial en una región donde los artistas luchan bastante por conseguir un salario digno en torno a su trabajo. De nuevo, entiendo que el mensaje parte desde una buena intención, pero no siento que este sea tan claro. Además el coro es bastante aburrido.
A puertas de cerrarse el disco tenemos El Día que Estrenaste el Mundo, canción en la que Drexler hace una apología a la paternidad. La letra tiene mucho corazón y nos deja ver este lado más íntimo de la vida del artista. Me parece una forma muy honesta de demostrar el amor que siente por sus hijos y esto crea una conexión muy fuerte con aquel público que entiende este sentir. Lastimosamente la producción de esta canción está muy descuidada, volviendo al tema un poco insufrible. Pero si no te molesta este hecho, vas a encontrar una canción muy lindo para dedicar a tus criaturitas.
Bendito Desconcierto es un tema chill que no me habría molestado escuchar suelto por ahí, pero en este disco se siente como relleno. Tal vez sea por la posición que ocupa o porque su sonido surfero sale un poco de la nada, pero esta canción no acabó de conectar conmigo.
Duermevela es una de las canciones más emotivas que he escuchado este año y genuinamente me causó unas poquitas lágrimas, pues la letra es bastante enternecedora, mientras que la producción, con esos ligeros golpeteos de tambores y sonajeros, es magnífica para acentuar el ambiente de nostalgia y cariño. Esta es una especie de canción de cuna, la cual aborda el cómo se siente tener un sueño ligero o inquieto, producto de extrañar a alguien. En este caso, Drexler le dedica el tema a su difunta madre, y lo hace en compañía de sus propios hijos, dos de ellos cantan y uno de ellos produce el tema. Este momento se siente como un verdadero cierre no solo del disco sino también como una despedida para este familiar.
En definitiva Drexler experimenta con bastantes ideas y aunque no todas son de lo más innovadoras o acertadas, este no deja de ser un trabajo sentimental, honesto y profundo, el cual se hace lugar como un buen agregado en el catálogo de un artista que aún sabe cómo conmover y motivar a la gente. En última instancia Tinta y Tiempo es un álbum sobre amar a la gente, amar lo que haces y amar a la vida misma, la cual está llena de belleza, oportunidades y recuerdos, escritos en la tinta que perdurará con el tiempo.
Parlantómetro
3.9 / 5
Si tienes la oportunidad de ver a Drexler en vivo, tómala, realmente vale la pena
Canciones Favoritas:
Corazón Impar
Tocarte ft. C. Tangana
Tinta y Tiempo
Duermevela
¡Oh Algoritmo! ft. Noga Erez
El Día en que estrenaste el mundo
Escucha Tinta y Tiempo en:
Tinta y Tiempo (2022) es un trabajo de Jorge Drexler, propiedad de Sony Music.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos propietarios, fotógrafos y/o al/ a la artista/s representadx/s en ellas.
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