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Foto del escritorDaniel López

Drake - Honestly, Nevermind

Ponerlos en contexto de quien es Drake no tiene mucho sentido, pues estamos hablando de uno de los artistas más aclamados y reconocidos de la música contemporánea. Así que mejor veamos un poco el contexto de que ha hecho Drake en este último par de años.

Drizzy siempre se ha caracterizado por tener una carrera y vida polémica. En este tiempo parece que varias de las polémicas que Drake tenía se fueron resolviendo y asentando, tales como su beef con Kanye West o todo el caso en torno a su hijo. Y aunque han surgido cosas aquí y allá, Drake ha logrado mantenerse sólido en ventas y fanbase. Lo cual puede ser cuestionable, dependiendo de qué tan reales sean las cosas que se dicen en dichas polémicas.

Estos temas de su vida supuestamente deberían reflejarse en sus más recientes proyectos. Sin embargo, a pesar de que Drake tiene la intención de traer estos temas a la luz, su aproximación siempre ha resultado problemática y controversial. Llegando al punto que es difícil distinguir al Drake pre pandemia del que tenemos ahora. Proyecto débil, tras proyecto débil, es cómo hemos llegado a la situación que hoy nos concierne, Honestly, Nevermind, el experimento house, “con inspiraciones pop”, de Drake.

Portada Original de Honestly Nevermind

Se nota que le valió verga

Bien, veamos, dado el contexto creo que es bueno recordarles a ustedes, querido público que, Drake es un rapero. Lo sé, suena ridículo decirlo ¿verdad? pero parece que con el tiempo el mismo Drizzy se ha olvidado de dicha categoría.

Y no, no tiene nada de malo que un rapero, u otro artista, decidan incursionar en un tipo de género diferente al que suelen hacer. Para hablar en la misma liga, Tyler, The Creator se fue todo el camino hacía el R&B con IGOR, y consiguió un resultado espectacular. Incluso el mismo Drake ha logrado incursionar con éxito en temas de R&B, con una vibra más smooth que otros rappers del juego.

Esto no es para menos, pues esa aproximación al canto fue lo que puso a Drake en el status que tiene hoy en día. Pues no son pocos los que claman que este es uno de los mejores, sino el mejor, rapero de todos. Y estés de acuerdo o no con esta afirmación, no cambia el hecho de que Drake es el rapero que más vende, por encima de otros contendientes al título de G.O.A.T como Kendrick, Cole o Ye.

Entonces, de nuevo, veamos quien es Drake. Un rapero, multimillonario, al cual le sale bien el estilo R&B, y que sabe como hacer música de rap pop, la cual es entrañable pero además suena duro en radios y discotecas. Lo sé, todo esto es obvio, pero ya que estamos en contexto, qué pasaría si te dijese que este mismo artista, un día, porque si, decidió sacar un disco de house, mal mezclado, mal producido, casi sin rap, pero esos pocos momentos donde rapea son tan malos o incluso peores que el resto de canciones. ¿Podrías creerlo? ¿Creerías a Drizzy capaz de tal acción? Pues lo creas o no, sucedió y es aún más trágico de lo que parece.

Drake lleva una mala racha, tal vez los números y su fanbase no lo demuestren, pero la calidad artística de su música solo ha ido a la baja desde hace algunos años ya. El problema se sentía leve en Dark Lane Demo Tapes, pero se volvía un punto de no retorno con Certified Lover Boy, el disco que hasta esa fecha era el trabajo más pobre de Drake. Y dicen que cuando se llega al fondo solo queda subir, pero Drizzy parece estar dispuesto a seguir cavando más y más profundo en su mediocridad, alcanzando con este disco un nuevo nivel de flojera.

Resumiendo, a quienes sean conocedores de la música electrónica y del beatmaking, este disco es el equivalente a una inteligencia artificial tratando de recrear la música de Kaytranada. Para quienes no tengan la más perra idea de que acabo de decir, vamos a expandir un poco los problemas de este disco.

Honestly Nevermind, está compuesto por 14 canciones, de las cuales solo destacó dos y una es el intro que dura 36 segundos. De ahí en más, absolutamente todo, es aburrido. Esa es la vibe general de este disco, ser un cóctel de somníferos, preciso para sonar en un centro comercial mientras ves ropa de descuento. Diría que incluso está bien para acompañar videos de narración o video ensayos, pero eso sería insultante para la gente que hace música libre de copyright.

No todas las canciones son solo aburridas, porque en esa categoría podemos poner a Overdrive o Falling Back, pero hay otras que también son ridículas. El juego lírico de Drake decidió irse de vacaciones, dándonos barras como “tú eres mi agua, mi refresco”, o coros como el de Down Hill. Y aunque en su mayor parte no vamos a escuchar muchas barras, ya que ese no es el eje central de este disco, las rimas que hay están fuera de beat y son olvidables.

Por otra parte, está la producción, el equipo creativo que Drake reunió para esta ocasión es muy cuestionable, pues son una mezcla de productores novatos, conocidos de CLB y uno que otro productor que ha trabajado en temas con estética retro o electrónica. Todo este ruido creativo se ve reflejado en la música, con ideas que no acaban de pegar, un mixing muy precario (el cual fue manejado por el ya constante colaborador de Drake, OVO 40), efectos mal montados que dañan la vibra de las canciones, guitarras random, samples extraños y beats aburridos. Y esto no son casos aislados, esta es la norma del disco, llegando a su punto más bajo en Massive, Liability o Tie That Binds.

Ni siquiera la participación de 21 Savage puede salvar a este barco de hundirse. Primero porque su colaboración sólo es un Knife Talk parte 2. Y a más de esto, Jimmy Cooks es una canción de trap puro y duro que no tiene nada que ver con toda la vibra que este álbum supuestamente tiene. Es como si de un momento a otro hubiese empezado a sonar otro álbum, lo cual prueba que hasta Drake se canso de lo que sea que haya tratado de hacer en Honestly, Nevermind.

Es obvio que Drake quería su porción del pastel en cuanto a música house y dance. Lo cual no está mal, digo no es el único artista subiéndose a este tren, hay varios que ya lo han hecho y han sacado canciones muy interesantes, así como álbumes muy consistentes. Lo que está mal y es sumamente criticable, es que Drake sea tan culero como para aprovecharse del amor que tiene la industria y sus fans por él, dándoles cualquier cosa que se sacó del ombligo, porque sabe que lo van a apoyar, aún si la crítica no se pone de su parte.

Honestly, Nevermind no es un mal disco únicamente porque suene mal, es un mal disco porque deja ver los hábitos más desdeñables que Drake ha agarrado en años recientes. Todo lo que en este disco pasa, no es algo nuevo en la carrera de este rapper, pero lo que aquí se puede escuchar es la peor faceta del artista. Un rapero multimillonario y versátil que no es capaz de al menos hacer una producción decente, o por lo menos contratar a gente que sepa sobre este estilo que para el rapero se nota es un área desconocida.

Y no puedo echarle solo la culpa a Drizzy, porque hay todo un equipo involucrado en esto, un equipo que escucho esta cosa y dijo: “si Drake tu eres el hombre, esto es lo mejor de tu carrera”. A toda esa gente también debería darle vergüenza haber creado este disco de música de ascensor glorificada.

El talento de Drake está ahí, en alguna parte, pero ya es un largo tiempo que no se ha hecho presente en su música.

Contraportada de Honestly, Nevermind

Parlantómetro

0.5 / 5

Este disco nunca debió existir.

Canciones Favoritas:

  • No les voy a mentir, no hay nada que realmente me haya gustado mucho, salvo tal vez el verso de 21. Así que no sé, mejor escuchen otra cosa como a Kaytranada o Knxwledge, de él tenemos una reseña. Oh y Denzel Curry sacó un Tiny Desk, no tiene nada que ver, pero, digo, Denzel es genial, porque no apoyarlo.

Escucha Honestly, Nevermind en:

Honestly, Nevermind (2022) es un trabajo de Drake, propiedad de OVO y Republic Records, una división de UMG.

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