Pueden creer que Alkaloides sacó su primer álbum hace ya 7 años. Es increíble pensar que ese disco sonó a todos los conciertos a los que fui en los últimos… 7 años. La realidad es que a pesar de que la banda no saco nueva música hasta hace apenas un año, no hubo un momento en el que dejarán de estar presentes en la tarima. Y uno podría pensar que escuchar las mismas canciones durante casi una década puede ser algo aburrido, y puede que tengan razón, pero había cierta magia en los temas que componían aquel lejano LP.
Dicho esto, creo que de una u otra forma todos esperábamos escuchar algo nuevo de la banda y fue el 2021, año postapocalíptico, donde por fin vería la luz Astral Dopamina, realizado por Carlos Espinosa, Mateo del Pozo, Mateo Castillo, Nicolás Meneses y la colaboración de Martín Flies (MIEL), junto a la producción de Daniel Pasquel (Can Can). Con este equipo de ensueño, ¿Qué podría salir mal? … Algunas cuantas cosas.
Menos pogos, más chillhop
Alkaloides siempre ha tenido una cierta inclinación por un sonido retro. En su primer disco esto se reflejaba en su sonido grunch y hasta un poco punk, pero bajado uno o dos niveles a la energía que bandas de estos géneros tenían. Por lo cual no era raro escuchar una que otra canción con sonidos más suaves, psicodélicos y hechos para tripear. Así que en cierta manera no creo que sea correcto decir que la banda ha cambiado su estilo por completo, aunque sin duda han cambiado el enfoque original que tenían y ahora abrazan más su lado lo-fi.
Astral Dopamina deja de lado a la guitarra eléctrica, la voz distorsionada y el ritmo frenético, en cambio, opta por sintetizadores, un trabajado más pulido de producción y una vibra de synth pop ochentero. Esto es bastante notable en el track homónimo del álbum, el cual deja bastante en claro cuál va a ser la experiencia que vamos a escuchar por los siguientes 40 minutos y pico.
En general el trabajo instrumental, de producción y mixeo, está más elaborado que el de su primer trabajo y se nota que la banda prestó atención a los sonidos ochenteros que han tenido un revival a lo largo del 2020 y 2021. Esto se aplica bien a tracks como Ojeras y Perspectivas, este último es uno de los mejores temas del disco pues mantiene la esencia de la banda, pero la transporta a este nuevo terreno pop, dando como resultado un coro memorable, un riff satisfactorio, un ritmo disfrutable y talvez el mejor trabajo de producción en el disco.
Cabe decir que Alkaloides no se olvida por completo del rock, pues tenemos Ritual, la cual es una canción con todo el espíritu indie que tanto pego a mediados de la década pasada. Por otro lado, se encuentra Sin Planearlo Mejor, la cual adopta un aire más de surf rock, convirtiendo al track en uno de los más chill, relajados y bacanos del disco, además que esta es una de las canciones que mejor capta la vibra del disco en cuanto al mensaje que la banda pretende dar.
Todo el disco esta enmarcado en una temática central, la cual no es muy invasiva y solo existe para que el disco tenga más cohesión. Astral Dopamina nos habla acerca de dejar las cosas fluir, no forzar las situaciones, disfrutar de la compañía de las personas y encontrarse a uno mismo. Nunca se exploran estos temas de manera profunda pero tampoco son tan superficiales como para hacer sentir a las letras como algo insignificante. Incluso creo que canciones como Perfil o Luces pueden quedarse grabada en la mente de la gente por las cuestiones que abordan en sus letras y los paisajes sonoros que crean.
Café descafeinado
El inicio de Astral Dopamina es chévere, los 5 primeros temas tienen sus altibajos, pero logran mantener el espíritu de la banda y en general construyen un buen álbum, pero tras eso empiezan los problemas, o más bien, se vuelven más notorios. La voz de Carlos Espinosa era buena para la onda sucia y desenfrenada que el primer disco tenía, pero para un proyecto más enfocado en el pop, no funciona del todo.
En temas como Perfil, la voz líder de Alkaloides lucha mucho por cumplir con esta nueva estética, pues esa nasalidad característica se convierte en algo molesto sobre esta pista instrumental tan limpia. Esto se siente con mas fuerza cuando entra Neoma, quien tiene una voz suave y refinada que se adapta mucho mejor a la estética indie pop, pero esto genera un contraste extraño donde la colaboración se roba el estelar incluso cuando apenas y aparece. Esta situación se mantiene a lo largo del disco, lo cual te saca bastante de la experiencia pues no se siente que la voz este dando su máximo potencial.
Ejemplo de ello es Olón, un tema donde el vocalista no logra incorporase al ritmo, lo cual crea uno de los peores momentos en lo que a la voz refiere, porque no solo le es difícil encontrarse en esta estética, sino que además suena monótona y desinteresada en lo que esta diciendo. Sinceramente esto hace que lo que debería ser un tema de pop romántico se convierta en una de las peores canciones del disco.
Nunca he considerado que Alkaloides sea la banda con mayor versatilidad, realmente uno de los mayores problemas de su primer disco se encuentra en que la mayoría de canciones se parecen mucho en su composición. Lamentablemente este es un problema que arrastran directamente a este nuevo proyecto y que esta vez se siente aun más, por ello temas como Pirámides sobran por completo, perdiéndose en el gran esquema de las cosas. Y aunque varias canciones sean chill y frescas, no son sobresalientes, y eso no sería un problema si no fuese porque muchas de estas se desconectan y mezclan entre sí. Recuerdo que al menos en el primer disco la banda lograba crear continuidad entre todos los temas, pero aquí hay un merequetengue de cosas que no funcionan.
El mayor exponente de esto es Tda, canción que alude al trastorno por déficit de atención, y por ello el sonido de esta es bastante disperso, amontonado y abarrotado de efectos. De nuevo la voz suena muy mal, inclusive el coro suena mal, y no se logra capturar por completo este ambiente o sensación que uno puede sentir al padecer de Tda. Es un tema tan bizarro en el contexto del álbum que hace que pierdas la vibra que el disco pretende abarcar.
Probablemente el álbum conecte con los fans de la escena indie o simplemente del indie rock latinoamericano, y eso esta bien, pero realmente no creo que es una buena introducción de la banda a esta nueva década. A pesar de haber mejorado ciertos aspectos técnicos, estos les juegan más en contra que a favor.
Los puntos buenos de Astral Dopamina no alcanzan a solventar los muchos y graves problemas que tiene, convirtiendo al disco en un punto medio entre ser demasiado genérico ante propuestas de indie pop mejor pensadas, o ser un disco con apenas unos rolones aceptables que puede que se te queden un tiempo en la cabeza.
Parlantómetro
2.7 / 5
Es como una serie que empieza bien y acaba muy mal.
Canciones Favoritas
Astral Dopamina
Sin Planearlo Mejor
Perspectivas
Ritual
Escucha Astral Dopamina:
Astral Dopamina (2021) es un trabajo de Alkaloides, propiedad de Recoop.
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