Black Sabbath es la banda a la que tenían miedo los papás de los años setentas, porque de pronto la gente dejó de hablar de paz y amor y se volvieron más darks.
Surge en 1968 en Birmingham, Inglaterra de la mano de cuatro amigos: Ozzy Osbourne (voz), Toni Iommi (guitarra), Geezer Butler (bajista y letrista) y Bill Ward (batería). Las historias sobre el nombre de la banda cambian, pero hay dos que resaltan. La primera asegura que surge por una canción de Geezer Butler, inspirada en libros de magia negra y un sueño bien raro, o la segunda, donde se inspira en el título de una película. Sea como fuere, la época dorada del heavy metal estaba naciendo y algunos incluso los proclaman los creadores del género. Y es que, en efecto, para la época el cambio de ritmo y lírica fue innovador, producto del punto álgido de la época, las influencias literarias, y porque Iommi no tenía la punta de dos dedos, lo que revoluciona también su sonido. Sus letras están plagadas de mensajes oscuros que se mezclan con riffs distorsionados, solos emblemáticos y una batería fuerte y acelerada (sin llegar al trash) con bajo acentuado. Así mismo, el viaje de Sabbath tuvo su gloria en los setentas y luego se fue fragmentando por el constante cambio de integrantes, producto de los excesos, peleas y la vida misma del Rock N` Roll.
Aun así, la banda continuó activa hasta 2017, tienen 19 álbumes de estudio, de los cuales hemos elegido Paranoid, uno de sus discos emblema y que cumplió 50 años en 2020.
Un disco definitorio en la historia del Metal
Hablemos pues, de uno de los discos insignia de Sabbath. ¿Qué tiene este sobre el resto? Paranoid es un viaje salvaje y misterioso que lleva una visión del mundo inspirado en la guerra de Vietnam, la fantasía y lo “sangriento”, con melodías memorables, aceleradas y oscuras.
War Pigs abre el disco magistralmente, entrando sombría con un riff de Iommi, con tiempo modulado para luego acelerarse al son de la batería y entrar en contraste con la voz aguda de Ozzy. La canción se mantiene así, con varios riesgos melódicos, que llevan a un solo pausado, en medio de una letra sobre el poder y la guerra, donde al final Dios decide quién merece misericordia y quién se pudre en el infierno.
Paranoid continua el viaje y es más acelerada, tiene una melodía que se repite a sí misma y por eso se queda en la cabeza. Esta canción le quitó el podio a War Pigs para dar nombre al disco (era lo políticamente correcto) y curiosamente habla sobre la depresión porque Butler no sabía la diferencia entre esta y la paranoia.
Aquí entramos a la que para mí es de las mejores canciones del disco, Planet Caravan, la más suave del álbum. Es sobre el amor, el amor espacial del heavy metal que tiene su atmosfera particular. El bajo acentuado del fondo induce a cierto misticismo y la guitarra es simplemente hipnótica, su punto cumbre es un solo seductor que se desplaza suave sobre el bajo, aparece también una voz grave y lo que parecen ser bongoes brindando percusión aguda.
Concluido esto, la vibra se rompe para entrar a los terrenos sagrados del heavy con Iron Man. Esta canción se volvió famosa en las últimas generaciones por cierta película del mismo nombre, pero es una joya de por sí y no va del superhéroe. Lo que define a la canción es el riff, que es uno de los más conocidos del rock, y lo que a mí me gusta en particular son los solos superpuestos al final y los cambios de tiempos.
Así avanzamos a Electric Funeral que entra a los terrenos más sórdidos de Sabbath. Es sombría, habla sobre la muerte por radiación y el caos atómico. Con descripciones poéticas que se ambientan gracias a un riff pesado, que desemboca en un solo de guitarra, acompañado de bajo y batería, hecho para destruir la casa.
Le toma la posta Han of Doom, una canción con un bajo místico de principio a fin, que se divide en dos partes, la primera es lenta y pesada y la segunda es acelerada, con un solo largo y preciso que no pierde la melodía en toda la canción. Todo esto para describir la adición a la heroína y su uso por parte de soldados sumidos en el horror de la guerra.
Rat Sallad es completamente instrumental y surge en honor a los intensos solos de batería que se daban en los conciertos de la banda, una pieza excelente que da paso al último track del álbum.
Fairies Wear Boots, otra de mis favoritas, que se abre con Jack The Stripper. Tiene un riff que se acopla muy bien con el resto de instrumentos, explota con acordes brutales y un solo rápido. Hay también un constante cambio de tiempo, con lírica sobre hadas con botas (a veces las drogas generan canciones brutales), que desemboca en un solo final que culmina esta travesía legendaria. Si eres afín a este género, para este punto tu cabeza pide más, entonces pégate el primer disco, es igual de bueno.
Legado
Paranoid no solo es uno de los mejores discos de la banda, sino que ayudó a desarrollo del metal en general. Antes de este disco, la banda se había ganado la fama de ser satánicos, lo cual solo aumentó sus ventas porque bueno, así funciona el mundo, lo prohibido está cool. Así, crearon una fanaticada de culto y la disquera lo sabía, por lo que el mismo año en que publican su debut sale Paranoid y no defrauda. La cantidad de canciones emblema es motivo de que surjan incluso otros géneros y muchos músicos del rock se han inspirado en la banda. Además, el disco fue un éxito en ventas, con 4 millones de copias vendidas al inicio sin ayuda de los medios.
En la época actual, donde el metal ha desembocado en tantos sub-géneros, se puede encontrar en Paranoid un punto de quiebre bastante acertado del rock, por sus sonidos más acelerados, pero bien resueltos y aun siendo 50 años los que han pasado desde su debut, sigue siendo una joya que deja la cabeza revuelta.
Parlantómero
Clásico
Paranoid es un viaje salvaje al género naciente del heavy metal. Los sonidos son místicos y la sintonía de los cuatro integrantes dieron como resultado un proyecto trascendente, ¿listo para cabecear?
Canciones Favoritas
War Pigs
Paranoid
Planet Caravan
Iron Man
Electric Funeral
Hand of Doom
Fairies Wear Boots
Escucha Paranoid:
Paranoid (1970) es un trabajo de Black Sabbath, propiedad de Sanctuary Records, BMG Company y Gimcastle.
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