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Gianluca Monroy

Rammstein - Zeit

Pensar en Rammstein es voltear la vista al prepuber metalero que fui, aquel que disfrutaba de ese mix entre el metal dosmilero y las canciones de Guitar Hero 3, que pensaba ingeniosas formas de demostrarle a mi pana el Andresito Mustaine que yo era el verdadero jarcor y él, el poser básico nirvanero.

Pero olvidemos esa discusión sobre el true metal, propia de tíos y chamos en etapa de exploración. Es innegable que los 90 le dieron el empujoncito al Heavy Metal y sus asociados hacia los derroteros de la vanguardia y la fusión. Alemania lo vivió a su manera. Tras la caída del muro y el fin de la Guerra Fría, aparece la Neue Deutsche Härte o “Nueva Dureza”, subgénero heredero del new wave alemán que combina el metal y elementos de la electrónica, y añade un toque “nacional” desde la fonética y las tradiciones germánicas. En 1994, estos crossovers dan luz a Rammstein, que rápidamente se consolida como pilar en la evolución del metal industrial internacional, y marca territorio con su constante experimentación performática, bailable e irreverente de géneros, líricas y composiciones.

Portada Original de "Zeit"

Zeit: el título lo sugiere casi todo

Este álbum es una prueba consistente de que la banda no ha agotado sus recursos creativos. A menudo se siente como un guiño a su trayectoria noventera-dosmilera y mantiene esa frescura que entretiene a la espera de saber qué nos van a mostrar. Aunque reconozco que esa fidelidad al sonido primigenio pueda volverse predecible en un par de canciones, el disco divierte mientras intenta conectar de corazón a corazón.

El octavo disco de la banda alemana se anuncia en pleno apocalipsis del 2020. Los integrantes admiten que la desesperación de diablo embotellado recondujo las energías creativas de las giras canceladas hacia un nuevo álbum. Zeit (tiempo en alemán) es concebido como un producto del encierro. En algunos momentos toma distancia de las habituales líricas controversiales sobre política pura para proponer un trabajo reflexivo e introspectivo, casi romanticista, salpicado por momentos de articulación con la realidad social. Se trata de un grito desesperado en medio de una crisis cuyo comienzo es poco sencillo precisar, pues se difumina con la pila de conflictos mundiales/nacionales/personales irresueltos que la precedieron.

Los telones se abren con Armee der tristen, una canción que presenta un poco de lo que será el mood general del álbum. Los sintetizadores iniciales evocan una atmósfera melancólica, que abre paso al trabajo vocal de Till Lindemann, quien automáticamente te deja claro que dice: “papito toi cansao”. Es preciso añadir que no hablo alemán -se dice que el 90% de los fans de Rammstein no entienden lo que dicen (Fuente: la del Parque La Carolina)-, así que no me avergonzaré de admitir que después de las primeras oídas, tuve que acudir al traductor para asegurarme de que no me estén insultando en taka-taka. El nombre de la canción puede traducirse como “El ejército de los tristes”, expresión que se aclara con los coros y la percusión que añaden un estilo marcial. Posiciona las luchas interiores y el reconocimiento del agotamiento emocional propio como eje de lo que viene a continuación y se manifiesta como un apapacho entre sollozos que te podría hacer sentir menos raro sabiendo que no eres el único que carga la piedra de Sísifo.

Le sigue la canción homónima, Zeit. Una pieza que continúa el espíritu depresivo y se acerca a un metal más doomer por su riff grave y la incorporación de un piano desesperanzador desde la segunda mitad de la canción. El concepto de tiempo se aborda desde la caducidad de la vida y el popular latinismo: “memento morí”. Pero la nota se pone cansona con Schwarz. Otra rola triste, más lenta y lúgubre, que parece pertenecer al romanticismo oscuro. Una vez más, Flake Lorenz resalta en los teclados con una melodía suave, que poco a poco se intercala con un estribillo potente y guitarras pesadas. La letra habla de la noche en un estilo muy darks, de las decepciones y desolaciones que se cobijan bajo los negros misterios del ocaso. Aclaro, no es mala por esto, pero percibo que el problema aquí es la posición en el álbum, como una tercera puñalada que insiste en el pesimismo y levanta la duda de en qué momento llegarán las canciones con sátira, jocosidad y ultra violencia.

De aquí en adelante, la cosa cambia para impedir que esto se convierta en un maratón de lloriqueos en alemán. Giftig ofrece un remember enérgico de los primeros pasos de la banda, no obstante, se suspende en esa similitud de los sonidos electrónicos y no ofrece algo realmente nuevo. Con Zick Zack tenemos de vuelta la epicidad de la banda. Los riffs metálicos, samples, sintetizadores, y las voces picarescas invocan la cómica rudeza que la banda siempre utiliza para escupir sus críticas hacia la sociedad contemporánea. La evasión del envejecimiento (tema que ya venía advirtiéndose) se aborda con los cánones de belleza y la urgencia de modificar los cuerpos. El agregado multimedia aquí me parece fantástico, pues el videoclip oficial nos muestra una sátira de la incapacidad de las intervenciones quirúrgicas para detener la decrepitud de Till y compañía, con un homenaje claro al filme Brazil (1985) de Terry Gilliam. OK, que es la sigla para Ohne Kondom (sin condón), se mantiene en esa línea thrasher con intenciones satíricas y retoma ese irreverente tratamiento de temas sexuales (como se ha visto/oído en Pussy o Bück Dich). La letra no es algo impresionante, pues básicamente es “roces coitales: la canción” y se resume en el culto de mete-saca. Es un refrescante banger que juega bien con el elemento orquestal y el bip bu bop electrónico, cuyo breakdown de cierre me convence de ponerla entre mis favoritas.

No todo puede ser “jijijaja”. El modo corta venas vuelve con fuerza Meine Tränen, una balada poderosa donde las cuerdas se encargan de transmitir la vibración del bajón por todo tu cuerpo. Con aires muy similares a Mutter, del álbum homónimo del 2002, pone sobre la mesa las cicatrices de una relación abusiva madre-hijo, donde los sentimientos del muchacho fueron reprimidos por el capricho de criar un varoncito de verdad.

La furia metálica salta a la acción con, Angst, que significa miedo, donde los coros y percusiones iniciales se encargan de preparar un ambiente de temor apocalíptico y la voz de Till se vale de una narración siniestra para advertir una amenaza inminente. Pero es con Dicke titten donde escuchamos cómo se levanta el Rammstein clásico pero renovado, con un memorable contraste entre lo jarcor y lo cómico. Un clamor agónico acompañado de un riff pesado, que arrasa con ira por donde vaya, golpea con precisión junto al estribillo que se vuelca hacia lo angelical, donde expresan que la cura para la desgarradora soledad es una mujer con un buen par de magumbos.

Los ánimos se desploman cuanto más cerca está la conclusión. Lügen es un intento de jugar con las expectativas del oyente. Empieza con una melodía minimalista y bastante nostálgica que eventualmente es travesada una estampida bastante metalera. Por si fuera poco, las intervenciones electrónicas sorprenden con una voz auto tuneada como sorpresa, la cual no es de muy buen gusto. Adieu es el remate que esta colección necesitaba. El último acto del álbum cierra con la misma sensación de condena y perdición que se introdujo en Armee der tristen y Zeit. El tiempo reluce por última vez, para asimilar con desgano que todos los caminos conducen al reino de las sombras. En este punto, empecé a meditar sobre lo que el álbum estaba ofreciendo, pues no solo es el cierre conceptual del trabajo, sino un manifiesto de Lindemann, Kruspe, Riedel, Schneider, Landers y Lorenz sobre su crecimiento, madurez y envejecimiento en casi tres décadas de actividad musical, despidiéndose sin plena seguridad del tiempo que les queda en los estudios y escenarios.

Parlantómetro

4.2 / 5

El último álbum de Rammstein nos demuestra que los alemanes han sobrevivido a la maldición de “envejecer mal”. Una producción que fue pincelada por la pandemia, pero no definida por ella. Zeit está aquí para recordarnos que, aunque los tiempos cambien arrastrando crisis y fantasmas junto a ellos, es posible evolucionar a su lado sin renunciar al estilo, espíritu y esencia que nos compone.

Canciones Favoritas:

  • Zeit

  • Zick Zack

  • OK

  • Dicke Titten

  • Adieu

  • Meine Tränen

  • Lügen

Escucha I NEVER LIKED YOU en:

Zeit (2022) es un trabajo de Rammstein, propiedad de RAMMSTEIN GBR, Vetico/Capitol y Universal Music.

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